La gravedad del
asunto es que vamos a vernos a los ojos una vez más después de
tantos años, será como si estuviésemos desnudos; flores que han
tirado un pétalo en cada suspiro.
Esa es solamente una
de las cosas que hay que pensar más a menudo, como si de verdad
ocurrieran las cosas que ves, y las que no se ven con los ojos del
cuerpo, esas que te perdiste muchas veces por tu absurdo
materialismo, la carnalidad a la que siempre buscaste inclinarte.
Pero siempre esta lo otro. Lo que aparenta ser parte de lo mismo, y por dicha
razón ignoramos. La imaginacion es un juego, dicen por ahí. La
fantasía una ilusión; la ilusión un engaño; las emociones son
eso, emociones, sentimientos a veces desdeñables. Pero no estamos seguros si
son las emociones como las venas de los diálogos internos, que
conversan todo el día con los pensamientos y la memoria, no se sabe
si a consecuencia de una cosa son las otras.
La vida interior es
un misterio que rara vez se manifiesta con clara conconciencia, de
hecho pasa muchas veces desapercibida, sobre todo si llevas un estilo de vida ajetreado. Se presenta fragmentada,
partes que hablan un poco más fuerte, son esas partes que sabemos
que estan ocurriendo, otras cosas son tan calladas que no tenemos ni
la menor idea de que estan existiendo, hasta que nos proponemos un
esfuerzo en clarificarlas, y ese es apenas el primer paso del
conocimiento o reconocimiento de sí mismo. Si ha de suceder algún día el misterio, que sea hoy.
Sobre eso he escrito
en varias ocasiones y hoy como no tenía el cuento candente, el poema
deplorablemente sentido o una propuesta provocativa para compartirles, les comparto
algo de cavilación.
Linda
semana todos.
Beatriz Osornio Morales. Imagen de la red.