Cuando las palabras son más que eso,
arden y endulzan y son la orilla del mundo,
un trago amargo, una boca, un signo.
En el vuelo siempre
te encuentro, vocablo sin fin
un lugar abierto, una plaza,
las palomas se bañan confiadas
en el claro de tus pasos.
Si andas perdido en una ciudad desconocida
caminando con las manos en los bolsillos,
tratándo de ocultar tus destierros,
búsca en el apacible silencio
que voltea a mirarse
la punta de los pies;
el suelo son las palabras
vías extensas para una caída libre,
rincones íntimos
rincones íntimos
donde los amantes de abril se besan,
estancias para los solitarios.
Hoy soborno a la memoria por un recuerdo tuyo,
una palabra amable y mil caricias.
El recorte de los pájaros al cielo
sigue en tus manos,
en mi pecho,
en mi pecho,
es Junio nuevamente.
Beatriz Osornio Morales, imagen de la red.