domingo, 3 de agosto de 2014

Ruidos en la Casa





El ruido que oí hace un momento es de otro tiempo, debe serlo, no de tiempos distantes quizá, pero sí de una hora paralela donde crece una flor en la tecla equivocada, así, mientras yo esperaba que ya todos durmieran, resulta que el impropio forastero hace sonar una manija invisible,  un como desarmador con sonido grave y claro, ante el cual,  salgo a prisa del baño a la habitación, y escribo para buscar meticulosamente el escupitajo. 

Donde creí haber escuchado el ruido no hay origen perceptible, al menos que se pueda apreciar con los ojos del cuerpo. Maldigo para  mis adentros, punto y seguido. Luego salgo al pasillo sigilosamente,  con la esperanza de interceptar el huidizo origen del ruido que escuche antes. Me detengo en seco porque creo oír el ruido en otro punto de la casa, esta vez es algo como una hoja que es arrastrada por el viento,  no logro esclarecer dónde, pero definitivamente es dentro de la casa.

Releo el texto inconcluso y me doy cuenta de que he cometido muchas erratas. Entonces, deslizo el cursor en la pantalla, colocándolo en cada error; borro, corrijo, reedito. Listo para imprimir.

Algo me dice que la flor empieza a abrirse mientras bajo las escaleras en busca del ruido que  aun no localizo. Tendré que acostumbrarme a vivir y a escribir con una flor oculta y ruidos de hojas, manijas, desarmadores en la casa.




Beatriz Osornio Morales, imagen de la red.

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