Cuando tú abres los
ojos del sueño
mi sueño se rompe,
las olas
obliteradas
incendian imágenes desprotegidas
bajo
una lámpara apagada
igual que un trago
de whisky que al beberse quema la boca,
el diafragma y el estómago.
Intentas reunir
esas imágenes en un punto fijo,
es mi sueño, el
tuyo
el rincón más oscuro del cuarto.
Por un instante
es como retomar la
secuencia de una película.
Comienzas a acercarte
y quien sabe porqué
se rompen las escenas.
Si las miras de
lejos, allí solas,
las trisas dan
rienda suelta a conversaciones
y muecas bajo la
lámpara de leer.
Las miradas con luz
propia inventan otra luz,
y otra secuencia transcurre en su realidad alterna.
Algo me dice que el
sueño sigue intacto.
La cuestión es saber
si es sobre o bajo las otras
realidades que las
imágenes
de mi sueño siguen
ilesas.
Vuelvo a dormir.
Dicen que en este
mundo nada permanece indemne,
es posible que sea
cierto, yo, después de un sueño
no soy lo mismo,
Y aunque en el
sueño que se retoma , siempre
hay una sensación
de haberte visto a ti mismo triste
parado en la
esquina de tu mente,
donde cae la tarde y llueve a cantaros,
tú no puedes ser lo
mismo,
ni la tarde, ni la
tristeza.
Lo único que sé es
que
unos van, otros vienen, pero tú sigues aferrado
a perseguir mi
utopía, y yo sigo condenada
a no terminar el
sueño.
Beatriz Osornio Morales
Beatriz Osornio
Morales