COMPLICES DEL DESTINO
En los primeros años de mi
vida, no imagine que un árbol tuviera como destino este maravilloso armario de
dos puertas y seis cajones, terminado en color nuez con herrería rustica, sus relieves son
sencillos pero de una elegante textura.
Ahora, en plena edad me pregunto:
¿Quien hizo posible tu largo
destino, árbol, armario?
Si soy carpintero, el
destino del árbol pasa por mis manos a ser moldeado.
Si soy poeta ¿Podré moldear
el destino de un poema?
El escultor es otro cómplice
del destino, da forma a la materia sea barro, yeso, metal, roca o cristal.
Un escritor se impacienta
con quien se porta como bárbaro con las palabras, haciendo mal uso de ellas. El otro no tiene
ni la menor idea de cómo al escritor le irrita su descuido, no sabe que este
conoce las palabras, así como un
carpintero conoce y ama la madera, o el escultor la materia que da forma a su
arte.
A veces pienso que es más
bien que el árbol moldea el destino del carpintero, la materia el del escultor
y el lenguaje el destino del poeta, así
como la forma y el color darán forma al destino del artista. De alguna manera
siento que se trata de una correspondencia entre materia y ser.
Yo ¿Podré dar forma a un
poema que un día sea el artífice de mi destino?
Beatriz Osornio Morales, Imagen de la red.