¿Podre encontrar la paz que necesito para dormir esta noche, para cruzar
el borde de esta poza negra con los pies
del sueño, de brazos abiertos, sin miedo a la caída del insomnio?
Pregunto a no sé quién. No es una pregunta retórica, hace tiempo que no
hago preguntas retóricas. Esta es una pregunta que necesita respuesta, por eso
voy a enrollar esta página en un pitillo delgado y alargado que pueda caber en la boca de una botella verde. Luego, haré
un corcho con el tubo que ya no sirve de nada, y echaré la botella a naufragar,
el río pasa a unos metros, solo tengo que abrir la puerta trasera, adentrarme
un poco en el bosque y ya está. Sería mejor el mar, los naufragios tienen mejor destino en el
mar. Mientras que el río va en una sola dirección, y las turbulencias de éste,
solo pueden dejar las cosas atoradas entre las piedras, las ramas, o el
descanso del velamen; el mar da muchas vueltas y tiene multitud de orillas. Si pudiera llegar el mar por el naufragio del río, yo misma me tiraría al mar.
Beatriz Osornio Morales. imagen de la red.