miércoles, 10 de abril de 2013

BOTELLA AL MAR



 


¿Podre encontrar la paz que necesito para dormir esta noche, para cruzar el borde de esta  poza negra con los pies del sueño, de brazos abiertos, sin miedo a la caída del insomnio?

Pregunto a no sé quién. No es una pregunta retórica, hace tiempo que no hago preguntas retóricas. Esta es una pregunta que necesita respuesta, por eso voy a enrollar esta página en un pitillo delgado y alargado que pueda caber  en la boca de una botella verde. Luego, haré un corcho con el tubo que ya no sirve de nada, y echaré la botella a naufragar, el río pasa a unos metros, solo tengo que abrir la puerta trasera, adentrarme un poco en el bosque y ya está. Sería mejor el mar,  los naufragios tienen mejor destino en el mar. Mientras que el río va en una sola dirección, y las turbulencias de éste, solo pueden dejar las cosas atoradas entre las piedras, las ramas, o el descanso del velamen; el mar da muchas vueltas y tiene multitud de orillas. Si  pudiera llegar el mar por el naufragio del río, yo misma me tiraría al mar.



Beatriz Osornio Morales. imagen de la red. 

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