Hoy debe haber sido el día de las semillas. Se compró pan, rosquillas, delgaditas, wafles, galletas, tortillas, y atoles.
Hace tiempo que en el pueblo, las grietas de la casas se van sumergiendo en un abismo de tierra mojada, nadie nunca lo había notado; pero el día más inesperado brotarán casas nuevas, desde una obscuridad sin forma, con marcos limpios, vidrios lustrosos donde se agacha el sol a tomar un descansito. Entonces los habitantes se sienten bienvenidos. Y ya en calma, se sentarán todos a compartir el pan.
Es sabido que mañana, la luna traerá más frutas, pero hoy es el día de las semillas.
La señora Esther, espera toda emperifollada y con maquillaje en exceso, a que pase el chofer para llevarla al festival anual de las semillas.
Abajo, los roedores se han hecho familiares de la granja, saben la hora del festín.
Beatriz Osornio Morales, imagen de la red.